Hace 8 años, el 22 de julio de 2012, Oswaldo Payá y Harold Cepero fueron asesinados por sicarios de la dictadura totalitaria cubana. La junta politico-militar que detenta el poder en nuestra Patria no podía permitir la existencia de voces que denunciaran y desafiaran el cambio-fraude que cuidadosamente habían diseñado y estaban instaurando.

Creyeron que matando al mensajero, eliminarían su mensaje. No contaron con que dejaba un legado. Una vez más subestimaron la vitalidad y la determinación del Movimiento Cristiano Liberación. Como ya lo habían hecho antes con la prisión y posterior destierro de muchos de sus líderes. Como lo volvieron a hacer con el encarcelamiento e intento de asesinato en prisión del actual Coordinador Nacional del MCL, Eduardo Cardet.

No acaban de entender que el Movimiento Cristiano Liberación no es una organización creada para satisfacer el apetito de poder o el ego de un líder iluminado, ni basa sus propuestas y estrategias en alianzas para repartirse cuotas de poder, ni en pactos entre poderes que sólo buscan asegurar sus propios intereses.

El MCL sigue trabajando directamente con los ciudadanos, por la auténtica liberación y la reconciliación de los cubanos, para que superen la cultura del miedo y demanden cívica y pacíficamente los cambios que Cuba necesita. Las iniciativas del Movimiento Cristiano Liberación van dirigidas a la raíz del problema, el establecimiento de un sistema verdaderamente democrático y un estado de derecho, y a devolver a los ciudadanos el protagonismo y la soberanía. Porque cambios son libertad y derechos.

Porque no los olvidamos, y porque continuaremos su obra hasta que Cuba sea finalmente libre y todos los cubanos gozemos finalmente de todos los derechos, ¡Oswaldo y Harold viven!

Todos cubanos, todos hermanos. Y ahora, ¡la Libertad!