Igualmente deplora la participación de Bielorrusia en la agresión a Ucrania

La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una Resolución, apoyada de manera aplastante por la inmensa mayoría de sus Estados Miembros, contra la invasión de Rusia a Ucrania.

El texto “deplora en los términos más enérgicos la agresión de Rusia contra Ucrania”, que contraviene la Carta de las Naciones Unidas y condena las violaciones del derecho internacional humanitario y los abusos de las garantías fundamentales.

La Resolución, reafirmando la soberanía, independencia política e integridad territorial ucranianas, le exige a Rusia que «retire de inmediato, por completo y sin condiciones, todas sus fuerzas militares del territorio de Ucrania dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente», y que revierta incondicionalmente el reconocimiento de la independencia de Donetsk y Luhansk.

Igualmente estipula que Rusia debe abstenerse de recurrir a cualquier otra forma ilícita de amenaza o uso de la fuerza contra cualquier otro Estado Miembro.

Del mismo modo, el documento deplora “la participación de Bielorrusia en este uso ilícito de la fuerza contra Ucrania y exhorta al país a que cumpla sus obligaciones internacionales”.

La votación de la Resolución, que estuvo patrocinada por unos 90 países, se llevó a cabo luego de dos días de debate en la Asamblea General de la ONU. Fue aprobada por 141 votos a favor, solamente 5 en contra y 34 abstenciones.

Vladimir Putin cada vez está más solo. Además de Bielorrusia, sólo lo apoyaron Corea del Norte, Siria y Eritrea. Ni siquiera Armenia, Kazajistán, Kirguistán ni Tayikistán, los países que integran junto con Rusia y Bielorrusia la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva creada por el dictador ruso para contrarrestar la OTAN, le apoyaron.

Llama la atención que las dictaduras latinoamericanas, tan activas públicamente en la defensa de la invasión ordenada por el ex-oficial de la KGB a Ucrania, en esta ocasión no lo apoyaron. Cuba y Nicaragua se abstuvieron, mientras Venezuela no votó. Otros aliados tradicionales de Rusia, como China, Irán o India, también se abstuvieron.